domingo, 4 de julio de 2021

Otro año mas sin ti, tu recuerdo sigue mas vivo que nunca.

Tus cenizas cayeran alli hace ya unos años, pero son las brasas de los momentos que dejaste los que avivan nuestra memoria.
Ahora mas que nunca estas presente entre nosotros, porque sentimos que mas nos haces falta.
Tu nos hiciste familia, tu eras familia y desde que tu te fuiste aquello en lo que creias ha ido desapareciendo poco a poco.
Tu te sacrificaste para que nos juntaramos, tu nos querias juntos. 
El individualismo y el mirarnos al ombligo ha hecho que nos separemos.
Aita estes donde estes se que estas conmigo, se que me hablas aunque no te escucho siempre. Se que tu soledad fue un grito de socorro y tus palabras fruto de tu dolor.
La impotencia de verse morir no se la deseo a nadie y aun así fuiste capaz de amar al extremo a quien tanto te hizo sufrir. 
No se porque lo hiciste, no se porque no luchaste por cambiar tu situación.
Aun pasando el tiempo no comprenda muchas cosas, solo se que el cáncer me regalo tiempo para conocerte de verdad.
Aita asko maite zairut. 

domingo, 3 de junio de 2018

Un Gran Dolor

Hola Aita

¿Cuánto tiempo ha pasado ya? ¿Cuánto tiempo desde tu enfermedad? ¿Cuánto tiempo desde tu muerte?
Van pasando los años y el tiempo dice que está lejos lo que paso pero los hechos y palabras que dejaste aquí antes de irte me demuestran que vives todavía muy cerca de mí.
Tus palabras de impotencia y de incomprensión, de odio hacia el exterior, esas que lanzaste presa de todo el dolor que tenias fueron lapidas que nos dejaste a los que te queríamos aquí.
Fueron palabras y hechos que no podemos defender porque nadie de los que las escucharon les quieren poner cuerpo, nadie quiere volver a pensar en el que se murió y ver lo mal que se sentía y pensar que él también se puede sentir igual.
Yo comprendo tu malestar, tus palabras; lo que no pude entender nunca fue el hecho de que te dedicaras a esparcirlas sin ton ni son y dando a entender que eran los demás los que te dañaban.
Tú en tu impotencia deseaste tu muerte Aita, nadie mas. Yo comencé a quererte cuando te puedo conocer y ese fue para mí el mayor regalo que me dio tu enfermedad; el regalo de poder conocerte y aprender de ti.
Poder saber de alguien que no conocía y al que más que amor le tenía temor. Al final en esta vida todo son lecciones Aita pero la tuya la comprendiste al final.
Trataste de huir, de alejarte, de todo aquello que no podías afrontar que no era como tú querías. Tu impotencia era cada vez mayor y tu libertad estaba coartada por los demás.
Llegaste a odiar todo lo que habías amado y a amar aun más todo lo que habías odiado. Nunca quisiste comprender que tú eras el artífice de tu vida y en tu situación desesperada solo quisiste echar balones fuera. ¿Por qué?
¿Por qué todos eran los culpables? ¿Por qué todos sin excepción? En donde quedo tu responsabilidad de ponerte en tu sitio. En donde quedo tu amor por ti.
Todos te queríamos y no te queríamos perder.
Pero, ¿Cómo podías pretender que estando enfermo terminal te abandonáramos? ¿Esa era tu tranquilidad? ¿Ese era tu regalo?
No hubieras preferido mejor que nos muriéramos todos a tu alrededor para así tu recuperar tu paz. No hubieras preferido mejor afrontar tu verdad y curarte.
Crees acaso que la Ama, Aritz o yo lo pasamos mejor.
¿Se te ha olvidado lo que paso durante tu enfermedad?
¿Sabes lo que ha pasado después de tu muerte?
¿Sabes cómo nos hemos sentido?
Ahora que tu no estás siguen sonando en la gente que les dijiste los reproches que hiciste a tu mujer e hijos. ¿Qué culpa tuvieron ellos? ¿Que quisieron ellos para ti?
Nos has querido y nos quieres Aita pero el legado de tus palabras va a ser una losa difícil de superar. Va a ser algo difícil de explicar porque sabias a quien se lo decías, pero no sabias como iban a reaccionar.
Hay algo que tengo claro Aita gracias a ti.
NO QUIERO SER MARIONETA DE NADIE.
QUIERO HACER LO QUE ME SIENTA FELIZ.
VOY A HACER LO QUE ME LLENE DE VERDAD Y SIN OBLIGARME CON NADIE.
Tú has sido una lección y lo sigues siendo porque al final nos has dejado el camino para aprender. Como a un buen maestro se le agradece la lección después de haber aprendido y aun estoy en el proceso.
Empiezo a comprender las cosas, tengo que empezar a cambiar los hábitos y los reproches y el victimismo.

Te quiero Aita.

Gracias por ser mi compañía todos los días.


Besos y un abrazo de parte de todos. Has dejado un gran recuerdo en todos y mucho amor.

jueves, 30 de marzo de 2017

Ya 12 años.............!!!!!!!!

Miro hacia dentro y desde esta distancia que da el tiempo observo todo lo que sucedió como se gesto todo, como ocurrió todo. La vida, la enfermedad y la muerte al final todo se une en un mismo camino, todo se vuelve una misma realidad y dibuja un único destino.

Ver que la lucha de afuera no se corresponde con la de adentro. Sentir que cuando murió mi padre dejo a los enemigos de fuera vivos y a los de dentro los dejo sin luchar y lo llevaron a la muerte.

Toda enfermedad conlleva una enseñanza y un cambio. Toda enfermedad es el camino para nuestro cambio interior, pretender que nuestro entorno cambie sin cambiar nosotros es una utopía, ironía, canallada.

Al final el peor enemigo es uno mismo. El no querer darnos cuenta que nos tenemos que querer para ser queridos, que nos tenemos que respetar para ser respetados. Quien no comprende esta verdad está solo en el mundo. Todo el mundo es al final responsable de todo lo que le ocurre en su vida.

Mi padre también lo fue. Quiso aislarse del dolor, olvidarse de él alejándose de la gente pero la causa la mantenía el. Nunca tuvo el valor de dar un puñetazo en la mesa y decir ahora el que importo soy yo y se va a hacer lo que yo quiera. Vivió siempre plegado a los deseos de los demás, con miedo de levantar la voz.

Esa frustración de vida le provoco el cáncer y ese mismo cáncer lo fue matando de manera agónica hasta hacerle morir solo. Demostró fuerza de vida para aguantar el dolor y el sufrimiento pero no tuvo fuerza para luchar por lo que quería y soñaba.

Pocas veces pudo imponer lo que él quería, pocas veces fue libre para decidir. Vivió pero fue un muerto en vida. Buena persona, no te jode, como para no serlo nunca se impuso a nadie y siempre se trago sus sentimientos.

Ahora que ha pasado ya bien de tiempo siento que la vida no fue justa con él, pero con quien lo es. El sufrió porque no pudo ponerle palabras a lo que quería. Quería ser escuchado, considerado, poder decir quiero hacer esto, quiero esto otro pero se encontró que ni enfermo le respetaron sus deseos.

Al final toda una vida de sacrificios para morir solo, incomprendido, ignorado.

Yo se que él tuvo sueños, deseos. Sé que nos quiso, a su manera, pero nos quiso, pero al final la vida le dejo una lección bien dura. Una lección que me aterra. Una lección que es para gente fuerte, una lección que no sé si me puede llegar a mí.

Me voy acercando a los años en que mi padre se enfermo y me aterra la verdad ponerme enfermo como él. Pensar en agonizar por culpa de esa enfermedad tan perra. La soga en casa del ahorcado siempre tiende a estar presente y es algo que no se olvida fácilmente.

Quien ha visto morir conoce la muerte y sueña con su misma suerte. Pues a veces parece que la tristeza se pasa de padres a hijos y a veces esa idea de suicidio que tiene el cáncer me ha rondado por la cabeza. Y te ronda aunque quieras vivir pero a veces la vida te decepciona y piensas ¿Por qué vivir? ¿Merece la pena?

Al final al suicidio, a la desesperación llegamos de la manera mas insospechada, pensamos que estamos alegres, que todo va bien pero esta puta enfermedad te demuestra que en el fondo eres débil y que una parte de ti rechaza a la vida y que le parece más valiente no seguir viviendo.

¿Quién en su sano juicio se deja atrapar por la desesperanza por las pocas ganas de vivir?

En este mundo moderno cada vez es mas gente la que no encuentra un salvavidas emocional que lo libre de esa tristeza de vivir, cada vez somos mas los que sino llegamos morimos en vida porque nos hemos atado a un mundo de materialismo fatuo y vacio.

Todo lo que tenemos esta en nosotros y lo perdemos por atarnos a cosas que no nos llenan, por ser alguien que no somos y por vivir una vida que no queremos. Somos presos de esta sociedad que deja de lado los sueños y sentimientos por agarrar con fuerza todo lo material y al final todas esas cosas materiales desaparecerán cuando estiremos la pata.

Podemos buscar todas las riquezas y luchar por ellas pero al otro lado no llegara nada de eso. De todas las apariencias, de todas las mascaras no quedaran nada solo seremos lo que quede cuando se pudra todo nuestro esqueleto.

Hasta que no nos demos cuenta de eso viviremos en mentiras vacías y sin sentido. Mentiras que nos llevaran a más mentiras y de ahí a una falsa idea de vida.

Al final nadie se crucifica solo. Eso es imposible porque mas que no queramos siempre formamos parte de una realidad mayor. Nos podemos aislar del mundo pero el mundo termina redundando en nuestro interior. No podemos negarnos porque hasta nuestras negaciones se nos aparecen.

Todo consciente o inconsciente al final aparece. Intentar esconder la realidad es una utopía porque al final lo que guardamos dentro se muestra en alguna forma fuera de nosotros para que comprendamos lo que tenemos que aprender.

La lección siempre va a estar allí. La lección es parte de nuestra vida.

Quien pueda mirar dentro de sí y admitir este soy yo y me quiero tal y como soy; podrá mirar a la mira y afrontar lo que le pueda atormentar. El que no tenga dentro de sí suficiente fuerza para quererse mas que todos sus dolores morirá adolorido.

Quererse debía de ser la primera lección que nos deberían enseñar en esta puta vida, no lo primero aprender a buscar la aprobación de los demás, vivir en el dictado de lo que piensan los otros. Pretender vivir como marionetas y aun así pensar que estamos viviendo nuestra vida; ¡que ironía!

Parece que no pero luchar por ser respetado y querido de forma sincera es más importante de lo que pensamos. O sino querernos.

Parece que hablo de algo sencillo pero si miramos dentro de nosotros nos damos cuenta que estamos programados para buscar la aprobación de los demás antes del amor propio. Ese amor propio para reclamar primero lo que queremos y deseamos antes de hacer lo que nosotros nos dicen que hagamos.


Al final del día, ¿Cuántas veces pensamos antes en nuestras necesidades, deseos y sueños? ¿Cuántas veces lo hiciste aita? ¿Cuántas veces fuiste detrás de lo que deseabas, querías y soñabas?

viernes, 3 de febrero de 2017

Autoliberación

Tengo que aprender a soltar lastre. Dejar atrás el pasado que me duele y me daña. Dejar de aferrarme a esos pensamientos y sentimientos que me hacen actuar como víctima y tomar cartas en el asunto mas importante, mi vida.

Me guardo todo en mi interior y lo rumio como pura vaca, pero eso me daña en mi interior. Ya paso debo dejarlo ir, ya.

Paso, ya fue. Debo actuar en consecuencia y ser firme en mis decisiones y no dejar que vuelva a suceder. Debo amarme a mi mismo y actuar en consecuencia.
Debo respetarme y hacerme respetar.
Debo dejar de tener miedo a decir lo que siento.

Lo que siento es bien valido, y me debo dar el derecho a poder expresarlo.

Llevo mucho tiempo escondiéndome pensando en los demás y dejándome de lado.

Ya es hora de que abandone la cueva y me deje ver tal cual soy. Es hora de demostrarme a mi mismo amor y confianza.

Todo el resto del mundo actúa según su conveniencia y yo me debo callar. ¿Por que?

Mis decisiones son igual de importantes.

¿Miedo a la soledad? Si ha habido, no lo voy a negar. Pero mas miedo me da de mirarme al espejo y no reconocerme. Mas miedo me da que llegue el momento y me de cuenta que me he enfermado por guardar todos estos sentimientos que no hacen mas en mi que daño y mala sangre.

Aunque hoy por hoy el mayor miedo que siento y que me obliga a tomar esta decisión es el pensar que no quiero morir como mi padre. No quiero que estos sentimientos se conviertan en un cancer que acabe conmigo. No quiero aislarme pensando que no soy querido, que nadie me va a dar lo que yo necesito. Quiero abrir los ojos ahora y quiero demostrarme por medio de acciones que me quiero y me respeto.

Debo alzar mi voz para decir alto y claro, No no quiero, No no me apetece. Es hora de ocupar mi lugar, darme el amor que yo me merezco. Nadie tiene que dármelo porque yo soy el principal.

Ya basta de actuar de víctima.

Ya basta de rumiar.

Si no sirve a otra cosa. Si te daña no hay trato, así de simple y al final el que quiera entender que entienda.

miércoles, 1 de febrero de 2017

Carta a la familia Rodríguez

Buenos días familia

Os escribo esta carta después de ver lo de vuestros planes de reuniros.

No he querido contestaros nada porque esos planes me remueven y mucho después de lo que ha ocurrido en las celebraciones familiares de cara a mi familia.

En las bodas todos habéis ido a las bodas que se han celebrado menos a la de mi hermano y la mía, eso me duele y mucho. Hay ciertas circunstancias que las puedo perdonar porque las comprendo porque a mí también me han sucedido pero otras me parecen imperdonables y de absoluta hipocresía.

Siento que aunque mi padre ya murió aun siguen coleando sus palabras aunque nadie entienda aun lo que es tener alguien cercano a ti de enfermo de cáncer.

A ninguno de vosotros se os ha puesto enfermo terminar un hermano, un primo, un padre y aun así os sentís los superiores y os sentís con derecho a juzgar sin haber vivido la situación.

Nadie se puede poner en la piel del otro pero se puede hacer una idea de lo que puede sentir. Mi padre estuvo muy muy muy enfermo y no solo por la enfermedad sino porque nunca quiso afrontar lo que ella entrañaba. No quería nada con su familia cercana o sea mi madre, mi hermano y yo. Y más significativo ni con su familia ni hermanos, ni demás parientes, el decidió morir solo.

El decidió hacer de su vida otro cáncer. El decidió aislarle de los que queríamos ofrecerle comprensión y ayuda. Y duele y mucho pensar que se le ha creído a alguien terminal antes que a sus familiares que vivíamos todos los días junto a él.

La enfermedad es dañina y la muerte también y al final necesita la misma comprensión el que está enfermo como el que convive con él.

Yo sé que mi madre no lo pasó bien, ni yo tampoco lo pase bien. Sé que se iba a morir y me dolía no poder hacer nada para cambiarlo. Pero yo no era el que tenía que cambiar era mi padre.

Yo aproveche esos años que me dio su enfermedad de regalo para conocerle, para volver a hacerme su amigo. Todos los años que estuve trabajando perdí a un padre y no lo conocía para nada. A raíz de su enfermedad hice por comprenderle y aceptarle y entender lo que le pasaba por la cabeza.

Yo se que él nunca quiso afrontar la realidad de porque estaba enfermo, el nunca se considero un enfermo de cáncer y eso fue lo que le dilapido. Negó su propio ser y se murió en vida.

Lo entenderéis lo que os digo cuando sintáis la muerte de cerca, cuando sintáis su espada pender sobre la cabeza de un ser que queréis todos los días, hasta ahora solo sois espectadores de la vida de otro. Cercano o no nunca tanto como para afectaros.


A mí me hicieron el feo de no venir a mi boda cierta gente que creo que estaban en deuda conmigo por haber ido a su boda estando mi padre muy mal y no queriendo dejarlo solo.

Hablo de los Salazar, por su capricho que es como lo considero ahora tuvimos que ir a la boda de primo cuando no nos apetecía, cuando sentíamos que se nos caía el mundo encima. Hicimos mi madre y yo de tripas corazón y allí estuvimos dando el tipo para darle el gusto a alguien.

Llego la hora de la contrapartida y esa gente (NINGUNA) apareció a mi boda. A mi ya no me sirven excusas de vacaciones, embarazos y demás palabras, pues cuando no se cumple y no se hace lo que se debe solo se convierten en palabras.

Todos somos mayores y sabemos lo que tenemos y no tenemos que hacer. Nadie nos tiene que decir.

Sobre todo me duele más cuando mi queridididisimo primo Aitor el día de su boda me prometió que estaría en la mía cuando me casara. Como siempre las promesas como las palabras se las llevan el viento. Qué fácil es reprochar a otro cuando no ha cumplido pero pronto olvidamos lo que nosotros no hemos hecho.

Ya van hacer pronto cuatro años desde que me case y no he recibido de esa gente por llamarlas de alguna forma ni una felicitación ni una disculpa. Nadie de esa familia apareció y de esa familia que es tan grande no apareció sino una primera parte.

Yo me siento decepcionado, triste, rabioso, por la situación que se dio.


Siento que fui tratado de forma injusta y cada vez que pienso en juntarme con ellos solo me sale una palabra, No. Lo siento, no puedo olvidar lo que me hicieron. Les perdono pero ni yo ni mi esposa los queremos ver, simplemente porque nos respetamos.